

¿Son o se hacen?
Un grupo de intelectuales me quiere hacer creer que Cristina y Néstor son la reencarnación del Che Guevara. Desde Carta Abierta hasta Eduardo Aliverti, pasando por los teóricos del Partido Comunista, Carlos Heller y Horacio González, director de la Biblioteca Nacional, son los más sobresalientes. Entonces me pregunto: ¿Tendrán razón?
En primer lugar, la foto muestra que Cristina es o se dice peronista. Por lo tanto, descartemos que ella o su marido sean comunistas. Es cierto que existen sectores del peronismo con posiciones cercanas al marxismo, sobretodo en lo referido al anti-imperialismo. Claro que la pareja presidencial entregó la minería, la pesca, favoreció la privatización de YPF en su período menemista (como Picasso que tuvo un período Rosa, otro Azul, etcétera), las tierras de la Patagonia en manos extranjeras, y siguen los ejemplos. Además pagó una deuda externa que ha sido declarada fraudulenta, ilegítima y usuraria (lo que en derecho internacional se llama deuda odiosa) a costa del hambre del pueblo argentino. En este caso, se cae el argumento del carácter nacional de este gobierno. ¿Será popular? Bueno, televisa el fútbol para todos los argentinos que puedan ver Canal 7 sin cable, si es que tienen un televisor, y si es que no juntan cartones o salen a robar comida los domingos. También impulsa una ley de medios, con la cual las telefónicas nos van a poder cobrar el cable, el teléfono y la interné en una sola boleta que seguro superará los 100 mangos. ¿Eso es un precio popular? Me olvidaba, las organizaciones no gubernamentales van a poder pedir publicidad para tener un medio, que no tengo idea cómo van a mantener.
Claro que resta el último argumento, el fundamental. Su política de derechos humanos. Algo que todos los gobiernos anteriores ignoraron y este gobierno usa como caballito de batalla hasta para presentar un plan de financiación de plasmas. Aquí también le podemos encontrar una pequeña hendija. En el juicio de Nuremberg (que condenó a los responsables del Nazismo) se acusó a 611 personas, y en el juicio principal se condenaron a 24 de un saque. En la Argentina las causas avanzan con tanta lentitud y sin un presupuesto destinado a acelerar el tema. Esto es responsabilidad del Gobierno, que cuando tiene que mover un juez o borocotizar un candidato saca plata de cualquier lado. Mientras tanto, mantienen a las agrupaciones que defienden los derechos humanos tranquilas, mientras se van muriendo los represores. Hasta en eso mienten.
Doble discurso
La pregunta inicial vuelve con fuerza. Me cuesta creer que todos estos intelectuales "progresistas", que acusan a toda oposición al gobierno como parte del bloque de la derecha (incluyendo la nueva derecha, que según ellos ataca por izquierda) no se dieran cuenta de estas cosas que acabo de exponer. En realidad, hay muchos que están cobrando una buena moneda por sostener los malabares teóricos que plantean. Otros sufren el virus de la intelectualidad, que juzga a los gobiernos por su discurso y no por sus hechos. Aunque parezca incoherente, esta enfermedad tiene lógica. Como ellos no hacen nada, y analizan todo desde el pedestal del saber, mal le pueden reclamar a otros que pongan las patas en el barro. Afortunadamente, cuando se termine este gobierno quedaremos memoriosos que les recordaremos su complicidad.
COMANDO NUEVA DERECHA, QUE CORRE AL GOBIERNO POR IZQUIERDA (CNDQCAGPI)
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