domingo, 20 de septiembre de 2009

Dime quién te elogia...

y te diré hacia dónde apuntas...

Ámbito Financiero elogia a Boudou

Los diarios financieros dejan en segundo plano la estrategia del vicepresidente Julio Cobos, y priorizan la defensa del ministro Amado Boudou en el Congreso del proyecto de Presupuesto 2010. Bajo el título “El Gobierno apuesta a recaudar 34% más con las retenciones en 2010”, El Cronista opina que Boudou “mostró una estimación razonable pero con inevitables inconsistencias”. Además, hace foco en la “Ley de Medios: Cobos pide consenso en una carta y espera a los Kirchner en el Senado”. Ambito remarca que “Apuran acuerdos con FMI, el Club de París y bonistas”; y considera que el ministro de Economía “volvió a enviar señales respecto de la voluntad de ‘normalizar’ la situación financiera del país”. Añade que el “Oficialismo presiona a Cobos para achicar el debate”.

Esto es para los que dicen que el de los Kirchner es un gobierno progresista

sábado, 19 de septiembre de 2009

Radiografía de un intelectual "progresista"


“-Tomas muy en serio tu vocación -dijo Vincent perezosamente-. Al fín y al cabo, ¿qué importa? ¿Qué son los cuentos? ¿No son un opio para la vida de los cobardes? Preferiría inventar algún instrumento, o construir un puente de tablas sobre un arroyo fangoso, antes que escribir el mejor cuento del mundo”.
Morley Roberts, El Anticipador






Un intelectual "progresista" no se compromete con nada físicamente. En términos corrientes, no pone el hombro ni para dormir. Lo suyo es la charla y el café, mucho café. Entiende que hay hombres que nacen para el trabajo manual, y otros para pensar, reflexionar, problematizar. Aunque no lo reconozca, está seguro que lo suyo es más importante que lo que hacen los que hacen. Gracias a personas como él, que tienen la lucidez suficiente como para no meterse en cualquier cosa, supone que el mundo va avanzando hacia la igualdad y la libertad.

Como no participa activamente en nada, critica todo. A las cosas que pintan mal por razones obvias, y a las que pintan bien, trata de encontrarle defectos para justificar su pasividad. Lo mismo hace con los pocos intelectuales que se comprometen de verdad. Se pierde en una búsqueda frenética de defectos y desaciertos para redimirse, y cuando encuentra algo que no es perfecto dentro de sus parámetros, canta victoria como si hubiera conquistado algo. En realidad, se trata de personas sumamente individualistas que se esconden bajo una fachada solidaria.
En términos políticos, siempre apoya el candidato de discurso más elaborado y progresista, sea lo que sea en esencia. Después de una elección, despotrica contra la gente, y juzga al pueblo de ignorante por como vota. La única actividad cívica que tiene sentido para él es el voto, y en él pone todas sus esperanzas. Si gana un mal candidato, es capaz de decir lo indecible como: "estos negros son un desastre" o algo por el estilo. Caminar hasta la escuela donde está empadronado es el summum de su esfuerzo atlético por una causa política. Marchar o participar de un piquete es una actividad sofocante para nuestro sedentario personaje.

Lamentablemente, estas caricaturas dominan el mundillo académico y mediático. Son capaces de no apoyar una iniciativa ineludible porque en un volante dice "pueblo" en vez de "colectivo" o "compañeros" en vez de "sujetos". Dan mucha lástima y causan mucho daño. Ojalá, como dice la pensadora Florencia de la V, "se les caiga pronto la careta".


sábado, 5 de septiembre de 2009

Las palabras, las manos y la política




¿Son o se hacen?




Un grupo de intelectuales me quiere hacer creer que Cristina y Néstor son la reencarnación del Che Guevara. Desde Carta Abierta hasta Eduardo Aliverti, pasando por los teóricos del Partido Comunista, Carlos Heller y Horacio González, director de la Biblioteca Nacional, son los más sobresalientes. Entonces me pregunto: ¿Tendrán razón?




En primer lugar, la foto muestra que Cristina es o se dice peronista. Por lo tanto, descartemos que ella o su marido sean comunistas. Es cierto que existen sectores del peronismo con posiciones cercanas al marxismo, sobretodo en lo referido al anti-imperialismo. Claro que la pareja presidencial entregó la minería, la pesca, favoreció la privatización de YPF en su período menemista (como Picasso que tuvo un período Rosa, otro Azul, etcétera), las tierras de la Patagonia en manos extranjeras, y siguen los ejemplos. Además pagó una deuda externa que ha sido declarada fraudulenta, ilegítima y usuraria (lo que en derecho internacional se llama deuda odiosa) a costa del hambre del pueblo argentino. En este caso, se cae el argumento del carácter nacional de este gobierno. ¿Será popular? Bueno, televisa el fútbol para todos los argentinos que puedan ver Canal 7 sin cable, si es que tienen un televisor, y si es que no juntan cartones o salen a robar comida los domingos. También impulsa una ley de medios, con la cual las telefónicas nos van a poder cobrar el cable, el teléfono y la interné en una sola boleta que seguro superará los 100 mangos. ¿Eso es un precio popular? Me olvidaba, las organizaciones no gubernamentales van a poder pedir publicidad para tener un medio, que no tengo idea cómo van a mantener.




Claro que resta el último argumento, el fundamental. Su política de derechos humanos. Algo que todos los gobiernos anteriores ignoraron y este gobierno usa como caballito de batalla hasta para presentar un plan de financiación de plasmas. Aquí también le podemos encontrar una pequeña hendija. En el juicio de Nuremberg (que condenó a los responsables del Nazismo) se acusó a 611 personas, y en el juicio principal se condenaron a 24 de un saque. En la Argentina las causas avanzan con tanta lentitud y sin un presupuesto destinado a acelerar el tema. Esto es responsabilidad del Gobierno, que cuando tiene que mover un juez o borocotizar un candidato saca plata de cualquier lado. Mientras tanto, mantienen a las agrupaciones que defienden los derechos humanos tranquilas, mientras se van muriendo los represores. Hasta en eso mienten.




Doble discurso




La pregunta inicial vuelve con fuerza. Me cuesta creer que todos estos intelectuales "progresistas", que acusan a toda oposición al gobierno como parte del bloque de la derecha (incluyendo la nueva derecha, que según ellos ataca por izquierda) no se dieran cuenta de estas cosas que acabo de exponer. En realidad, hay muchos que están cobrando una buena moneda por sostener los malabares teóricos que plantean. Otros sufren el virus de la intelectualidad, que juzga a los gobiernos por su discurso y no por sus hechos. Aunque parezca incoherente, esta enfermedad tiene lógica. Como ellos no hacen nada, y analizan todo desde el pedestal del saber, mal le pueden reclamar a otros que pongan las patas en el barro. Afortunadamente, cuando se termine este gobierno quedaremos memoriosos que les recordaremos su complicidad.




COMANDO NUEVA DERECHA, QUE CORRE AL GOBIERNO POR IZQUIERDA (CNDQCAGPI)






jueves, 3 de septiembre de 2009

Demagogia oficial (parte 2)


LA “NUEVA” CARA DEL FUTBOL GRATIS
De apologista de Menem a relator K

“Vuelve el fútbol, pero el fútbol ahora es para todos”, anunció ayer minutos antes de las 19 el flamante coordinador y relator estrella de Canal 7 en la primera transmisión oficial de fútbol. Sin embargo, el ex conductor de “Fútbol de Primera” no tiene un historial caracterizado por su defensa del Estado. Por el contrario, reivindica las privatizaciones de Menem, apoyó a (y festejó con) Macri en la última elección para jefe de Gobierno porteño y escribió en su blog –en marzo de este año– que la administración K “sigue manejando como propio un canal que es del Estado”.
Por Federico Bassahun

El regreso. Ayer en La Plata, a las 19, en una de las cabinas de transmisión de la cancha de Gimnasia. No relató pero sí presentó el primer partido de esta “nueva era”.Idolatra a Carlos Menem “porque modernizó el pensamiento peronista”, aunque le reprocha “no haber profundizado ese cambio en su segundo mandato”. Evalúa que “Macri es lo mejor que le pudo haber pasado a la Ciudad”. Admira, a la vez, a Fidel Castro “porque transformó a los seres en humanos”. Reclama “la pena de muerte para Videla.”
Los entrecomillados pertenecen a Marcelo Araujo, flamante coordinador de las transmisiones futbolísticas de Canal 7. En limpio: el relator estrella de la televisación K (o de “la familia Kirchner”, como la llama en su blog) es admirador de Menem y de Macri y cuando este último se impuso en las elecciones de 2007, lo festejó en el búnker de PRO.
Ateo e hijo único. Lázaro Jaime Zilberman nació el 12 de junio de 1947, en Villa Crespo. Madre, ama de casa; padre, fabricante de zapatos. Polacos judíos, ellos, habían huido de la Alemania nazi (los hermanos de ella murieron en el intento). Cuando niño, jugaba al fútbol: “Era zurdo y goleador, pero pecho frío.” Trabajó como empleado administrativo de una fábrica metalúrgica, como vendedor de zapatos y como ayudante de un agente de bolsa estadounidense. Aunque la madre quería que estudiara contaduría, él (ateo desde adolescente) se inscribió en el Círculo de Periodistas Deportivos (y también en la Facultad de Derecho, pero apenas si fue). Allí conoció a Mauricio Goldfarb. Juntos le pidieron trabajo en la Oral deportiva, de Radio Rivadavia, a José María Muñoz, que les asignó las coberturas de ciclismo y de polo (Zilberman tenía una mínima experiencia: en 1963 había entrevistado boxeadores para Radio Porteña). Goldfarb ya era Mauro Viale, y Zilberman, Marcelo Araujo (“Araujo, por un corredor de autos”), porque temían que los discriminaran.
Hijo de un radical que detestaba a Perón por “sus actitudes antisemitas” al permitir la entrada a la Argentina de dirigentes nacionalsocialistas tras la caída de Hitler, Araujo militaba en la Juventud Peronista. Sin embargo, lo decepcionó la última presidencia de Perón. Pero su militancia recién lo perjudicaría en 1978, tras el Mundial, cuando lo despidieron de ATC, aunque había escrito en un artículo que la organización y obtención del Mundial “fue el milagro argentino. Su organización lograda contra los presagios, sorprendió al mundo. Se disolvía el prejuicio que traían los colegas extranjeros merced a la insidiosa propaganda de las organizaciones subversivas”. Lo despidieron igual.
Al tiempo, volvió. Trabajó en Radio Mitre, como parte del programa Sport 80, con Víctor Hugo Morales (the best), Niembro, Adrián Paenza, Néstor Ibarra y Diego Bonadeo, entre otros. Cuando Niembro asumió en 1989 como interventor de Canal 11, Araujo se hizo cargo de la gerencia de noticias. Pero no allí, sino en Fútbol de Primera, junto a Enrique Macaya Márquez, dejaría, no sin histrionismo mediante, su sello en el relato.
Loco, no; ‘crazy’. “Estaba harto. Me aburría como un hongo. Era un relator insoportablemente formal y solemne”, explicaba Araujo, en 1993, cuando se le preguntaba por sus latiguillos “ligados a lo sexual”: por ejemplo: “¡Lo que te devoraste!”, cuando un jugador erraba un gol, o “Se te salió, hermano, a veces pasa”, u “¿Hoy no piensan mojar?”. Pero desde Canal 13, que transmitía el programa desde 1991, se le pidió que los evitara, porque “muchos chicos miraban el programa”. Araujo juzgó entonces que el reproche provenía de un sector “castrado sexualmente”. Y se justificó: “Uso el lenguaje de los hinchas.”
Pero Araujo no se detuvo, en su afán por “ser como Mario Pergolini”: también incorporó el “¿Estoy crazy, Macaya?”, que, como él mismo confesó, derivó en un aumento de sueldo y en su consagración como relator. Sin embargo, se lamentaba: “Muchos se quedan con eso, pero a mí me pone muy mal. El crazy tapa otras cosas. Por ejemplo, mi profesionalismo”. Pero él sabía que la ortodoxia no era lo suyo: en su primer relato televisivo, en 1974, lo reprendieron porque había imitado a su admirado Matías Prats, un relator español que se limitaba a nombrar a los jugadores y a decir gol con el mismo énfasis. A años luz del “estoy cagado”, durante el partido de 1993 ante Australia, que clasificó a Argentina al Mundial del año siguiente, o del: “Andá a vender ajo y limones” a un futbolista boliviano (“cuando juega Argentina, soy premeditadamente chauvinista”). O del anuncio que realizó durante una transmisión, un sábado de 1997: “Voy a festejar con ‘champú’ con Chiche (Duhalde)”. Al otro día, la esposa de Duhalde perdería la elección legislativa con Graciela Fernández Meijide.
En 1999, Santiago Segurola, entonces editor de Deportes del diario español El País, lo criticó en un artículo titulado “El festejo de la estupidez”, tras un relato de Araujo durante un partido en que Martín Palermo se lesionó. “Nooo. Lo van a cambiar a Martín. ¡Me voy, me voy! Macaya, decile que noooo. ¡Ponele el chup chup en la rodilla” (en alusión a un analgésico), sobreactuó Araujo. En su artículo, Segurola lo calificó como el “rey del chiste fácil y del irrespetuoso trato a los jugadores. Allí estaba un delantero con los ligamentos rotos, y este Araujo dándoselas de gracioso pueril. (…) La patochada agresora de Araujo, desgraciadamente convertido en la voz del fútbol argentino”.
Un personaje, Araujo, que consideraba en 1996 que TyC no era un monopolio, aunque concedía, irónico, que “el periodista que está afuera puede tener varias razones para criticar: la envidia, una de ellas”. En 2004, sin ambages, fue despedido de Fútbol de Primera. Cuando Gabriel Mariotto, el interventor del Comfer, explicaba en marzo en qué consistiría la futura Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, Araujo juzgó en su blog: “Todo ser humano por el simple hecho de nacer tiene derecho a sus necesidades básicas(...) ¿también a ver un partido de fútbol por televisión?”. Juzgó, además, que la promovía “un gobierno que sigue manejando como propio un canal que es del Estado”. Lógico: Araujo, como él mismo se define, es “un privatista”.
Fuente: Diario PERFIL